Un descubrimiento reciente revoluciona nuestra comprensión de los volcanes dormidos. Investigadores han identificado importantes reservorios de magma bajo volcanes inactivos desde hace milenios, cuestionando las teorías establecidas sobre su funcionamiento.
Este estudio, realizado por un equipo de la Universidad Cornell, revela que las cámaras magmáticas persisten mucho después de las erupciones, incluso bajo volcanes considerados dormidos desde hace mucho tiempo. Estos resultados podrían transformar la forma en que los científicos monitorean y predicen erupciones, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la dinámica interna de los volcanes.
Reservorios de magma bajo volcanes dormidos
Los investigadores utilizaron ondas sísmicas para estudiar seis volcanes de la cadena de las Cascadas, en Estados Unidos. Entre ellos, el volcán del Crater Lake, inactivo desde hace miles de años, alberga aún un vasto reservorio de magma. Este hallazgo contradice la idea de que las cámaras magmáticas se disipan después de un período de inactividad.
Los resultados muestran que estos reservorios persisten a lo largo de la vida de un volcán, ya sea activo o no. Según Guanning Pang, autor principal del estudio, estos cuerpos magmáticos son una característica constante, y no un signo inminente de erupción.
Esta persistencia sugiere que las erupciones no vacían completamente las cámaras magmáticas. En cambio, liberan una parte del magma, mientras que el reservorio se reconstituye lentamente mediante la fusión gradual de la corteza terrestre.
Implicaciones para la vigilancia volcánica
Este descubrimiento cambia la forma en que los científicos interpretan las señales previas a una erupción. Anteriormente, la presencia de un gran volumen de magma se consideraba un indicador de mayor riesgo. Ahora, parece que esta es una situación normal para muchos volcanes.
Las redes de vigilancia sísmica, como las desplegadas por el U.S. Geological Survey, podrían optimizarse gracias a estos nuevos datos. Una mejor comprensión de la ubicación del magma permitiría identificar de manera más eficaz las zonas de riesgo.
Geoffrey Abers, coautor del estudio, destaca que muchos volcanes en el mundo aún están mal monitoreados. Este método, basado en un número limitado de estaciones sísmicas, podría aplicarse en otras regiones, como Alaska, para mejorar la prevención de riesgos volcánicos.
Para profundizar: ¿Por qué algunos volcanes permanecen dormidos tanto tiempo?
Los volcanes dormidos, como los de la cadena de las Cascadas, pueden permanecer inactivos durante milenios mientras conservan importantes reservorios de magma. Esta dormancia prolongada se explica por un equilibrio entre la presión, la temperatura y la composición del magma. Mientras estas condiciones se mantengan estables, el magma no asciende a la superficie, evitando así una erupción.
La fusión parcial de la corteza terrestre juega un papel clave en el mantenimiento de estos reservorios. Este proceso, lento y continuo, alimenta las cámaras magmáticas con magma fresco, compensando las pérdidas por erupciones pasadas. Por ejemplo, el volcán del Crater Lake, inactivo desde hace milenios, aún conserva un vasto reservorio de magma bajo su superficie.
Finalmente, la viscosidad del magma también influye en esta dormancia. Un magma rico en sílice es más viscoso y fluye con menos facilidad, lo que puede impedir una erupción incluso en presencia de un reservorio importante. Estos factores combinados explican por qué algunos volcanes permanecen "dormidos" durante miles de años, mientras siguen siendo potencialmente activos en profundidad.
¿Qué es una cámara magmática?
Una cámara magmática es una vasta bolsa subterránea ubicada a varios kilómetros bajo la superficie de un volcán, donde el magma se acumula antes de una erupción. Se forma cuando el calor y la presión provocan la fusión parcial de las rocas de la corteza terrestre o del manto superior. Estos reservorios pueden extenderse varios kilómetros cúbicos y evolucionar con el tiempo.
El magma almacenado en estas cámaras es una mezcla de rocas fundidas, gases y cristales. Su composición varía según el tipo de volcán y su entorno geológico. Por ejemplo, en los volcanes de la cadena de las Cascadas, el magma suele ser rico en sílice, lo que lo hace más viscoso e influye en el tipo de erupciones.
Las cámaras magmáticas no son estáticas. Se llenan gradualmente por la fusión de las rocas circundantes y se vacían parcialmente durante las erupciones. Sin embargo, como reveló el estudio reciente, estos reservorios pueden persistir durante milenios, incluso bajo volcanes considerados dormidos, desempeñando un papel central en el ciclo de vida de los volcanes.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Geoscience