Adrien - Jueves 12 Diciembre 2024

Descubrimiento de una química oceánica que enfría el clima 🌊

Los océanos son a menudo percibidos como simples reservorios de agua que regulan el clima. Sin embargo, esconden un papel químico hasta ahora desconocido. Un equipo internacional ha medido por primera vez un gas sulfurado, el metanetiol, producido por la vida marina. Un descubrimiento que revoluciona nuestra comprensión de la interacción entre el océano y la atmósfera.


Imagen de ilustración Pixabay

Al analizar las emisiones de este gas, los investigadores descubrieron que contribuye a enfriar la atmósfera terrestre, particularmente sobre el Océano Austral. Este enfriamiento, más importante de lo que se pensaba, se basa en mecanismos que durante mucho tiempo quedaron fuera del alcance de los instrumentos científicos.

El metanetiol es producido por organismos microscópicos, como el plancton, que viven en la superficie. Una vez liberado en la atmósfera, este gas sufre un proceso de oxidación y forma aerosoles. Estas diminutas partículas reflejan la luz solar, contribuyendo así a reducir el calor retenido por la Tierra. También juegan un papel clave en la formación de nubes.


Esta investigación, publicada en Science Advances, ha sido liderada por científicos españoles del ICM-CSIC y del IQF-CSIC, en colaboración con la Universidad de East Anglia. Revela que el metanetiol aumenta las emisiones de azufre conocidas de los océanos en un 25 %, un aumento significativo para los modelos climáticos.

Este avance se basa en técnicas de medición recientemente mejoradas. Combinando datos obtenidos en laboratorio, en el campo y a través de satélites, los investigadores han podido cartografiar las emisiones globales de metanetiol. También han mostrado que las zonas polares, a menudo desatendidas, son los puntos culminantes de estas emisiones.

El impacto climático del metanethiol es especialmente notable en el hemisferio sur, donde las emisiones antropogénicas de azufre son menores. Los modelos climáticos que integran este dato muestran una mejor representación de las nubes y de su efecto de enfriamiento.

Según los investigadores, este descubrimiento ayuda a cerrar una brecha crucial entre las observaciones y los modelos climáticos. Hasta ahora, estos últimos subestimaban la reflexión de la luz solar sobre el Océano Austral, una región clave para el balance energético del planeta.

El equipo subraya que esta investigación ilustra la importancia de las interacciones entre la biología marina y el clima. También pone de manifiesto la complejidad del equilibrio climático, particularmente en un mundo que se está calentando.

Fuente: Science Advances
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