Una nueva especie de pez fantasma, descubierta en las profundidades del mar de Andamán, amplía nuestro conocimiento del océano.
En el mar de Andamán, cerca de Tailandia, una expedición científica ha descubierto una especie inédita de pez fantasma, llamada
Chimaera supapae. Este pez cartilaginoso pertenece al orden de los Chimaeriformes, entre las especies de peces más antiguas que todavía existen hoy en día, y lejano primo de los tiburones y las mantas.
Viviendo a más de 500 metros de profundidad, estas criaturas fantasmales habitan las oscuras aguas del lecho marino.
Crédito: David A. Ebert
La investigación, publicada el 6 de marzo en la revista
Raffles Bulletin of Zoology, revela que
C. supapae tiene una cabeza prominente, ojos ovales y grandes, que representan más del 32% de la longitud de su cabeza, los cuales capturan luz débil y le permiten ver en la oscuridad casi total de las profundidades. Su piel marrón oscuro carece de líneas o patrones distintos, y el animal presenta una espina dorsal en la parte superior de su cabeza.
Con una longitud de 51 centímetros, este espécimen tiene aletas pectorales anchas y una especie de franjas similares a plumas, probablemente adaptadas para navegar por encima de los fondos rocosos.
El descubrimiento de este pez fantasma, encontrado entre 772 y 775 metros de profundidad durante una pesca de arrastre de fondo, marca la adición de la 54ª especie conocida de quimeras hasta la fecha. Las quimeras, normalmente difíciles de observar debido a su hábitat en zonas profundas y oscuras del océano, se alimentan de animales que viven en el fondo del mar, como crustáceos, moluscos y gusanos.
Encontradas a más de 500 metros de profundidad, estas criaturas fantasmales habitan las oscuras aguas del lecho marino.
Crédito: David A. Ebert
Este pez ha recibido su nombre en homenaje a Supap Monkolprasit, una científica tailandesa que dedicó su vida al estudio de los peces cartilaginosos. El nombre de su género,
Chimaera, hace referencia a la quimera de la mitología griega, una criatura que escupía fuego con tres cabezas.
El descubrimiento subraya cómo las profundidades marinas permanecen en gran parte inexploradas y llenas de secretos. David Ebert, director del programa de investigación de tiburones del Pacífico en la Universidad Estatal de San José en California y autor principal del estudio, destaca la importancia evolutiva de las quimeras, cuya línea se remonta a 300-400 millones de años. Este descubrimiento ilustra cuánto limitado es nuestro conocimiento del entorno marino y cuánto queda por explorar.
Fuente: Raffles Bulletin of Zoology