Cédric - Lunes 8 Diciembre 2025

☄️ Descubrimiento de un objeto en Marte que no tiene nada que hacer allí

En medio de las rocas planas y fragmentadas que cubren la región de Vernodden en Marte, se alza un bloque aislado con una morfología particular. Este objeto, bautizado como "Phippsaksla", no se parece a ninguno de los especímenes observados hasta ahora en el cráter Jezero. Su examen minucioso por los instrumentos del rover Perseverance de la NASA revela una firma química singular, abriendo la pista de un origen mucho más lejano que el propio suelo marciano.

Este descubrimiento marca una etapa notable para Perseverance. Después de más de mil soles (días marcianos) recorriendo y analizando formaciones geológicas locales, el rover se enfrenta potencialmente a un visitante externo. La presencia de tal objeto, aunque rara, no es inédita en Marte. Sin embargo, ofrece a los científicos una oportunidad preciosa de estudiar, directamente in situ, una muestra de material venido de otro lugar. Los datos recogidos permiten enriquecer nuestra comprensión de la frecuencia y la naturaleza de los impactos en el planeta rojo a lo largo del tiempo.


El rover Perseverance de la NASA capturó esta imagen de cerca que revela la textura cavernosa de meteorización de una roca de forma inusual, "Phippsaksla". El análisis mostró su alto contenido en hierro y níquel, sugiriendo que podría ser un meteorito.
NASA/JPL-Caltech/ASU


Una composición reveladora de un origen lejano



El análisis inicial de Phippsaksla se realizó gracias al espectrómetro del instrumento SuperCam. Los resultados, publicados en una actualización de la misión, indican un contenido anormalmente elevado de hierro y níquel en comparación con las rocas marcianas típicas. Esta asociación de elementos es característica de una clase específica de meteoritos, denominados metálicos. Estos últimos se consideran fragmentos provenientes del núcleo de asteroides diferenciados, cuerpos celestes suficientemente masivos como para haberse fundido en su juventud, permitiendo que los metales pesados migraran hacia su centro.

La propia morfología de la roca proporciona pistas adicionales. Su apariencia esculpida y su resistencia a la erosión, que contrasta con las rocas circundantes, son compatibles con los efectos de un paso atmosférico y un impacto a alta velocidad, incluso en la tenue atmósfera de Marte. Estos procesos modelan y densifican la superficie de los meteoritos. El descubrimiento ha sido objeto de una comunicación detallada en el sitio oficial de la misión Mars 2020, antes de ser difundida por publicaciones especializadas como Space Science Reviews.

La confirmación definitiva de su naturaleza requerirá investigaciones complementarias. El rover dispone de otras herramientas, como el generador de imágenes espectrales PIXL, capaz de cartografiar la composición elemental con una precisión muy alta. Estos análisis permitirán buscar minerales específicos, como la taenita o la kamacita, cuya estructura cristalina es una firma incuestionable de los meteoritos de hierro-níquel. Este estudio detallado es esencial para excluir un origen marciano, aunque ya sea improbable.

Un visitante raro en el paisaje de Jezero


El descubrimiento de Phippsaksla satisface una curiosidad para el equipo de Perseverance. De hecho, otros rovers como Curiosity, en el cráter Gale, así como Spirit y Opportunity, ya han identificado varios meteoritos metálicos durante sus misiones. La ausencia de tal hallazgo en Jezero, un cráter de impacto antiguo que muestra muchos pequeños cráteres secundarios, era por tanto notable. Este descubrimiento tardío sugiere que estos objetos están extremadamente dispersos.


El estudio de estos fragmentos extraterrestres directamente en Marte presenta una ventaja considerable. Permite observar su estado de conservación en el entorno marciano, sin las alteraciones potenciales sufridas durante una caída en la Tierra. Además, su presencia y distribución proporcionan información sobre la historia del bombardeo meteorítico en la superficie del planeta. Estos datos contribuyen a calibrar los modelos de frecuencia de impactos, permitiendo en última instancia datar las superficies planetarias.

Si se confirma su estatus de meteorito, Phippsaksla podría potencialmente unirse a la colección de muestras que Perseverance tiene la tarea de recoger y acondicionar. Estos tubos sellados están destinados a ser repatriados a la Tierra por una futura misión de retorno de muestras. El análisis en laboratorio terrestre ofrecería entonces una caracterización mucho más profunda que la posible in situ, permitiendo quizás rastrear la historia de su cuerpo generador.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: NASA
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