Un grupo de investigadores ha descubierto un hongo capaz de degradar el plástico en el vórtice de residuos del Pacífico Norte. Este hallazgo podría abrir nuevas perspectivas en la lucha contra la contaminación plástica oceánica.
Desde hace varios años, los científicos han identificado microorganismos capaces de consumir ciertos tipos de plásticos. El descubrimiento más reciente es el hongo
Parengyodontium album. Este hongo, que vive en el océano, muestra una habilidad particular para degradar el polietileno, el tipo de plástico más común en los océanos, utilizado principalmente para las botellas de agua y las bolsas de compra.
Parengyodontium album se ha identificado entre los microorganismos que viven en el vórtice de residuos del Pacífico Norte, también conocido como "continente de plástico". Al analizar estos residuos, los investigadores descubrieron que este hongo fragmentaba el polietileno y lo mineralizaba en dióxido de carbono (CO2) a un ritmo de 0,05 % por día. Aunque este índice puede parecer bajo, es significativo para un microorganismo.
La fotodegradación por rayos ultravioleta (UV) es necesaria para preparar el trabajo de los hongos. De hecho, la exposición al sol descompone parcialmente el plástico, facilitando así su degradación por
P. album. Sin embargo, este método solo se puede aplicar a los plásticos que flotan en la superficie del océano.
A pesar de este prometedor descubrimiento, la solución no reside únicamente en estos hongos. La cantidad de residuos plásticos en los océanos es inmensa, con aproximadamente 80,000 toneladas solo en el vórtice del Pacífico Norte. Además, no todos los tipos de plásticos están involucrados. Solo los plásticos expuestos a los rayos UV, principalmente el polietileno, pueden ser degradados por este proceso.
Es posible que otras especies de hongos o bacterias, aún más numerosas, también contribuyan a la degradación de los plásticos, incluidos aquellos en el fondo de los océanos. Esta adaptación de los microorganismos a la contaminación plástica muestra su capacidad para colonizar nuevos nichos ecológicos creados por la actividad humana.
Así, aunque
Parengyodontium album no sea una solución milagrosa para eliminar los plásticos de los océanos, este descubrimiento destaca la importancia de continuar la investigación sobre las capacidades de degradación de los microorganismos. En paralelo, la reducción del uso de plásticos sigue siendo esencial para preservar los ecosistemas marinos.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Science of the Total Environment