Bajo el suelo de Mallorca, ha emergido un tesoro de la era Pérmica. Los restos del gorgonopsio más antiguo jamás descubierto revelan los secretos de un depredador formidable, en la encrucijada entre los reptiles y los mamíferos.
Hace 270 millones de años, Mallorca no era una isla, sino parte ecuatorial del supercontinente Pangea. Este territorio, compuesto por llanuras inundables, ofrecía un entorno propicio para una fauna diversa. Entre ellos, los gorgonopsios, esas criaturas con dientes de sable, reinaban como los máximos depredadores.
Estos animales, ni completamente mamíferos ni totalmente reptiles, presentaban una anatomía única. Sus patas, posicionadas bajo el cuerpo y no a los lados como en los reptiles, les daban una locomoción más eficiente para la caza. El fósil mallorquín, que incluye un cráneo y una pata casi completa, permitió estudiar en detalle estas adaptaciones.
Los gorgonopsios tenían características híbridas. Aunque ponían huevos como los reptiles, eran de sangre caliente, lo que los aproximaba a los mamíferos. Su cuerpo, de aproximadamente un metro de largo, recordaba al de un perro sin orejas ni pelaje, pero equipado con dientes de sable.
Este descubrimiento es excepcional en varios aspectos. Hasta ahora, se conocían principalmente fósiles de estos depredadores en Rusia y Sudáfrica. Encontrar un espécimen en una latitud tan baja, en el sur de la actual Europa, amplía el conocimiento sobre su distribución geográfica.
Las excavaciones en Banyalbufar, realizadas por equipos catalanes y baleares, también revelaron que este individuo es el más antiguo del grupo de los gorgonopsios. Los análisis estimaron su edad entre 270 y 280 millones de años, lo que lo convierte en el espécimen más antiguo identificado hasta la fecha.
a) Fragmento del hocico: maxilar (mx), nasal (n), septomaxilar (smx)
b) Pterigoides: reborde lateral del pterigoides (lpf), ramo palatino medial (mprp), rama posterior cuadrática (pqrp)
c) Basicráneo: basioccipital (bo), tubérculo basal (bt), proótico (pro), proceso paroccipital (pop)
d-e) Dientes: alvéolos de los incisivos (ina), alvéolo del canino (ca), alvéolos de las postcaninas (pca)
f1-3) Mandíbula izquierda:
g) Vértebra cervical ?: prezigapófisis (azg), postzigapófisis (pzg), espina neural (ns)
h-i) Vértebras caudales: costillas caudales fusionadas (fcr), proceso transversal (tp)
j) Costilla dorsal derecha
k-m) Miembros posteriores: fémur izquierdo (k), fíbula izquierda (l), tibia izquierda (m), escotadura fibular (fn), gran trocánter (gt)
n-o) Tarso izquierdo: astrágalo izquierdo (n), calcáneo izquierdo (o)
p) Garra
q) Metatarso derecho y falanges:
- Primer metatarso (q, abajo), primera falange del dedo I derecho (q, arriba)
- Penúltima falange (r)
- Tarso distal izquierdo (s, abajo), metatarso del dedo III izquierdo (s, arriba)
- Primera (t, abajo) y segunda (t, arriba) falanges del dedo IV derecho
u) Cuarto tarso izquierdo
v) Primera falange del dedo V derecho
w) Quinto metatarso derecho
Imagen Wikimedia
Durante el Pérmico, los gorgonopsios compartían su hábitat con reptiles herbívoros, como los captorinidos. Estos últimos, a menudo más pequeños, representaban presas ideales para estos superdepredadores rápidos y bien armados. La diversidad de fósiles encontrados en las Baleares atestigua una riqueza paleontológica frecuentemente subestimada.
Aparte del Pérmico, los registros fósiles de las Baleares abarcan otras épocas, como el Pleistoceno, con ancestros de hipopótamos o incluso mosquitos prehistóricos. Sin embargo, un hallazgo tan antiguo es raro, abriendo la puerta a investigaciones sobre la evolución de los ecosistemas regionales.
El fósil mallorquín también enriquece la comprensión de los orígenes de los mamíferos. Descendientes de la línea de los sinápsidos, los mamíferos deben parte de su éxito evolutivo a criaturas como el gorgonopsio. Un recuerdo que, a pesar de los millones de años, sigue grabado en la piedra.
¿Qué es un gorgonopsio?
Los gorgonopsios fueron depredadores que vivieron hace aproximadamente 270 a 280 millones de años, a comienzos del Pérmico. Son considerados ancestros lejanos de los mamíferos modernos, perteneciendo a la línea de los sinápsidos, un grupo evolutivo distinto de los reptiles. Aunque tenían un aspecto similar al de los reptiles, sus características internas y su fisiología se asemejaban más a las de los mamíferos.
Este grupo de animales es particularmente conocido por sus dientes de sable, una herramienta formidable para capturar presas. Poseían un cuerpo que recordaba al de un perro grande, sin pelaje ni orejas visibles. Su tamaño variaba, pero la mayoría medía alrededor de un metro de largo. A pesar de su apariencia reptiliana, en realidad eran de sangre caliente.
Una característica destacada de los gorgonopsios reside en la posición de sus patas. A diferencia de los reptiles, sus extremidades estaban dispuestas de manera más vertical, lo que les permitía desplazarse de manera más eficiente y cazar con mayor facilidad. Estos animales tenían un modo de locomoción intermedio entre reptiles y mamíferos.
Aunque los gorgonopsios desaparecieron mucho antes de la aparición de los dinosaurios, su evolución desempeñó un papel importante en la aparición de los primeros mamíferos. Estos últimos, descendientes de esta línea, surgieron varias decenas de millones de años después, marcando un punto de inflexión en la historia de la vida en la Tierra.
Los gorgonopsios son también una pieza clave para entender la evolución de los depredadores y la locomoción de los animales terrestres a lo largo de las eras. Su estudio sigue aportando información esencial sobre la adaptación de estas antiguas criaturas a su entorno.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Communications