¿Cómo pueden surgir fuentes de agua hirviendo tan cerca de las costas de una isla mediterránea? Esta pregunta geológica ha sido resuelta por un equipo de investigadores que ha descubierto un campo hidrotermal de una magnitud inesperada alrededor de Milos, en Grecia. Este hallazgo revoluciona los modelos existentes sobre la distribución de estos fenómenos submarinos.
Durante la expedición METEOR M192, científicos exploraron la plataforma submarina de la isla de Milos utilizando herramientas de vanguardia, incluyendo vehículos autónomos y teledirigidos. Estos equipos permitieron cartografiar con precisión el fondo marino y revelar fumarolas hidrotermales activas a profundidades que van de 100 a 230 metros (ver más abajo). Esta observación sorprendió inmediatamente a la comunidad científica por su extensión y ubicación.
Bajo el paisaje de postal de Milos, el agua hierve.
Imagen Wikimedia
Se han identificado tres zonas principales de fumarolas: Aghia Kiriaki, Paleochori-Thiorychia y Vani. Todos estos sitios están situados a lo largo de fallas activas que recorren la plataforma de Milos. Estas fracturas geológicas forman parte de una depresión tectónica principal, el graben del golfo de Milos-Fyriplaka, que ha hundido el fondo marino hasta los 230 metros de profundidad. La correlación entre la posición de las fumarolas y estas estructuras indica una influencia directa de las fuerzas tectónicas.
Los datos recopilados muestran que los gases y fluidos hidrotermales siguen los trazados de los sistemas de fallas alrededor de Milos. Solveig I. Bühring, responsable de la expedición, expresó su asombro ante la diversidad de las fumarolas, que van desde fluidos burbujeantes hasta tapices microbianos de colores. Paraskevi Nomikou precisó que las diferentes zonas de fallas afectan distintivamente a las agrupaciones de fumarolas, especialmente en las intersecciones de varias fracturas.
Este descubrimiento sitúa a Milos entre los sistemas hidrotermales someros más vastos conocidos en el Mediterráneo. Amplía considerablemente la comprensión de la distribución de estas fumarolas en la región e ilustra cómo los procesos geológicos en curso esculpen su evolución. Por lo tanto, la isla se convierte en un sitio de estudio privilegiado para explorar las interacciones entre la tectónica, el vulcanismo y la actividad hidrotermal.
Las perspectivas de investigación son prometedoras, ya que estas fumarolas ofrecen condiciones únicas para estudiar la vida microbiana extrema y los ciclos geoquímicos. Futuras misiones podrían profundizar en el impacto de estas estructuras en los ecosistemas marinos locales y su papel en las dinámicas geológicas del mar Egeo, abriendo el camino a nuevos avances científicos.
Las fumarolas hidrotermales: oasis submarinos
Las fumarolas hidrotermales son fisuras en el fondo oceánico por las que escapan fluidos calientes, ricos en minerales. Se forman generalmente cerca de las dorsales mediooceánicas o de zonas volcánicamente activas, donde el agua de mar se filtra en la corteza terrestre, se calienta en contacto con el magma y asciende cargada de sustancias químicas.
Estos entornos albergan ecosistemas únicos, basados en la quimiosíntesis más que en la fotosíntesis. Organismos como los gusanos de tubo o bacterias especializadas prosperan en estas condiciones extremas, utilizando compuestos sulfurados o metano como fuente de energía. Esto los convierte en modelos para estudiar la vida en medios hostiles, e incluso para comprender los orígenes de la vida en la Tierra.
El descubrimiento de fumarolas poco profundas, como las de Milos, permite observar estos procesos a profundidades accesibles. Esto facilita las investigaciones sobre cómo los fluidos interactúan con las rocas y el agua de mar, influyendo en la química oceánica y en los depósitos minerales. Estos sitios son también indicadores valiosos de la actividad geológica submarina.
El estudio de las fumarolas hidrotermales contribuye a campos variados, desde la biología marina hasta la geología, pasando por la investigación de los recursos minerales. Revelan cómo la Tierra redistribuye el calor y los materiales, desempeñando un papel en el ciclo global de los elementos y ofreciendo lecciones sobre la resiliencia de la vida.
El papel de las fallas tectónicas en la geología marina
Las fallas tectónicas son fracturas en la corteza terrestre donde las rocas se desplazan unas respecto a otras. En medio marino, estas estructuras suelen asociarse a zonas de divergencia o convergencia de placas, creando relieves submarinos como los grabens o las dorsales. Actúan como conductos para los fluidos, permitiendo la circulación del agua, los gases y los minerales.
En el caso de la isla de Milos, las fallas activas del graben del golfo de Milos-Fyriplaka han hundido el fondo marino, facilitando la emergencia de los fluidos hidrotermales. Estas fracturas controlan la localización de las fumarolas al ofrecer caminos preferenciales para la ascensión de las aguas calentadas en profundidad. Cuando varias fallas se cruzan, pueden crear puntos de concentración donde la actividad es más intensa.
Este control tectónico es observable en muchas regiones del mundo, como la dorsal Mesoatlántica o el Cinturón de Fuego del Pacífico. Explica por qué algunas fumarolas se agrupan en campos extensos, mientras que otras están aisladas. Comprender estos mecanismos ayuda a predecir dónde encontrar nuevas fuentes hidrotermales y a evaluar los riesgos geológicos.
Las fallas influyen también en la formación de los recursos minerales y en la estabilidad de los fondos marinos. Su estudio permite comprender mejor los procesos de sedimentación, la evolución de las cuencas oceánicas y las interacciones entre la tectónica y el vulcanismo.
Fuente: Scientific Reports