En las zonas deforestadas de Nueva Zelanda, una mosca autóctona abandona su color oscuro. Pero, ¿por qué este cambio cromático repentino?
Ecotipos con alas completas (izquierda), con alas vestigiales (centro) y melanicos (derecha) de Zelandoperla fenestrata.
Imagen Wikimedia
Este fenómeno no es una simple coincidencia biológica. Los investigadores hablan de una respuesta evolutiva directa a las transformaciones del hábitat causadas por el Hombre.
Science informa que la especie
Zelandoperla imita, en el entorno forestal, el color tóxico de su prima
Austroperla cyrene. Este mimetismo protege a estos insectos de los depredadores aviares al hacerse pasar por una especie que estos perciben como tóxica.
En las zonas deforestadas, esta estrategia ya no tiene sentido. Las especies tóxicas desaparecen, los depredadores se alejan y las moscas abandonan su color oscuro.
Análisis genéticos profundos han puesto en evidencia una disminución notable en la frecuencia del alelo "ébano" en los
Zelandoperla que viven en áreas deforestadas desde hace varios siglos. Este alelo, responsable de la pigmentación oscura, se ha vuelto escaso en estos hábitats, donde ya no es necesario para protegerse de los depredadores.
La producción de esta coloración requiere un gasto energético considerable, lo que lleva a las poblaciones a preferir tonos más claros, mejor adaptados a las nuevas condiciones ambientales, donde la presión selectiva sobre el color se ha relajado.
Ejemplos de modelos de arcilla negros y marrones de Zelandoperla (longitud del cuerpo ~25 mm) fijados en guijarros de río de pizarra (A) y grauwacke (B).
Los científicos estudiaron más de 1.200 especímenes y confirmaron estas adaptaciones en 19 hábitats diferentes. Los resultados muestran una evolución paralela en poblaciones aisladas.
Los estudios destacan la previsibilidad de la evolución ante presiones ambientales similares. Este hallazgo plantea nuevas preguntas sobre el impacto humano en la biodiversidad.
¿Qué es el alelo "ébano"?
El alelo "ébano" es una variante genética específica identificada en las moscas de piedra del género
Zelandoperla. Controla la producción de pigmentos responsables del tono oscuro de su exoesqueleto.
Esta coloración desempeña un papel importante en los entornos forestales, donde ayuda a los insectos a imitar especies tóxicas y a camuflarse frente a los depredadores. Sin embargo, su producción consume mucha energía y se vuelve desventajosa cuando la presión de los depredadores disminuye, como ocurre en las zonas deforestadas.
Las variaciones en la frecuencia de este alelo ilustran cómo las condiciones ambientales modificadas por el Hombre influyen directamente en la supervivencia y evolución de una especie.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Science