Cédric - Miércoles 30 Octubre 2024

Décubrimiento: estos cuatro productos químicos alteran fuertemente nuestro sueño

Los PFAS, sustancias químicas omnipresentes, podrían alterar mucho más que nuestro entorno. Según los investigadores, también se infiltrarían en nuestro sueño, perturbando nuestras noches.

Análisis recientes revelan una correlación preocupante entre los niveles de ciertos PFAS en la sangre y la calidad del sueño. Estos resultados conciernen especialmente a los adultos jóvenes.


Los PFAS, o sustancias per- y polifluoroalquiladas, persisten a largo plazo en el medio ambiente y se encuentran en una multitud de productos de consumo. Utilizadas desde hace décadas, ahora preocupan a los científicos.

Un estudio, llevado a cabo por la Universidad del Sur de California en 144 adultos jóvenes de entre 19 y 24 años, destaca efectos alarmantes de estos compuestos químicos en el sueño. Cuatro tipos de PFAS están específicamente implicados. Los sujetos con los niveles más altos de PFDA, PFHxS y PFOA dormían un promedio de 80 minutos menos que los demás. El PFOS, por su parte, se asoció con dificultades para conciliar el sueño y frecuentes despertares nocturnos.


El estudio también mostró que estas sustancias alteraban genes vinculados al sueño, en particular el HSD11B1, que regula la producción de cortisol, una hormona involucrada en la gestión del estrés y el ciclo sueño-vigilia. La alteración del cortisol, provocada por la exposición a los PFAS, podría ser un factor determinante en los trastornos del sueño observados. De hecho, un desequilibrio hormonal tiene un impacto directo en la calidad del sueño.

Otros genes, como el de la catepsina B, también son afectados por estas sustancias. Esta enzima es conocida por su relación con la enfermedad de Alzheimer y el declive cognitivo.

Estos resultados plantean interrogantes sobre el impacto de los PFAS en la salud a largo plazo. Los trastornos del sueño podrían ser solo la parte visible de un problema mucho más amplio.

¿Qué son los PFAS?


Los PFAS, o sustancias per- y polifluoroalquiladas, son una familia de más de 4,000 compuestos químicos. Utilizadas desde la década de 1950, se encuentran en numerosos productos cotidianos, como envases de alimentos, cosméticos y prendas de vestir. Su particularidad radica en su persistencia en el medio ambiente, lo que les ha valido el apodo de "contaminantes eternos".

Los PFAS son problemáticos debido a su capacidad para acumularse tanto en el organismo como en el medio ambiente. Estudios han demostrado que están asociados con diversos problemas de salud, incluidos el cáncer, las alteraciones hormonales, los trastornos de fertilidad y enfermedades metabólicas como la diabetes. Estas sustancias también pueden afectar el sistema inmunitario y aumentar los riesgos de enfermedades neurológicas como el Alzheimer.

Investigaciones recientes han revelado que algunas formas de PFAS alteran directamente el sueño al afectar los genes responsables de la regulación del ciclo sueño-vigilia. Esto incluye la producción de cortisol, la hormona relacionada con el estrés, así como otros genes implicados en la cognición. Estas alteraciones pueden conducir a una disminución significativa en la calidad y duración del sueño, particularmente en los adultos jóvenes.

Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Environmental Advances
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