Es un día de verano deslumbrante, donde cada rayo de sol te obliga a entrecerrar los ojos. Te pones tus gafas de sol y, de inmediato, el mundo recupera sus colores sin esa molesta quemazón en los ojos. Pero, ¿qué ocurre realmente detrás de esos cristales tintados para que tus ojos estén protegidos de los ultravioleta, responsables a largo plazo de daños oculares?
El sol emite tanto luz visible como rayos ultravioleta (UV), invisibles pero extremadamente energéticos. Se distinguen dos categorías principales: los UV-A, que penetran profundamente y aceleran el envejecimiento del ojo, y los UV-B, más superficiales pero responsables de quemaduras en la córnea (fotoqueratitis) y de un mayor riesgo de cataratas. Sin una protección adecuada, la exposición repetida conduce a un deterioro del cristalino y la retina.
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Las gafas de sol actúan como un filtro selectivo. Su secreto reside en la composición del material y los tratamientos aplicados.
Los materiales base:
- El policarbonato y el CR-39 (un plástico ligero) incorporan desde su fabricación aditivos que absorben los UV.
- Los cristales minerales (vidrio templado) contienen óxidos metálicos que bloquean una gran parte del espectro UV.
Los tratamientos de superficie:
- Las capas anti-UV: un depósito químico refuerza la capacidad del cristal para detener los UV-A y UV-B.
- El tratamiento antirreflejo (AR) reduce los reflejos parásitos y mejora el contraste.
- Los revestimientos espejados reflejan parte de la luz incidente, disminuyendo la intensidad percibida.
Los tintes y la categoría:
- El tinte no garantiza la protección UV: un cristal muy oscuro puede ser ineficaz si está mal tratado.
- La norma "UV 400" garantiza la filtración del 100 % de los UV hasta 400 nm.
- Las gafas se clasifican de categoría 0 (tinte claro) a 4 (tinte muy oscuro). Para el mar o la montaña, se recomienda la categoría 3.
Las opciones complementarias:
- La polarización elimina el deslumbramiento causado por superficies reflectantes (agua, carretera) filtrando la luz horizontal.
- Los cristales fotocromáticos se adaptan automáticamente a la intensidad lumínica.
Consejos prácticos para elegir bien: verifica siempre la mención "UV 400" en la etiqueta, prioriza los cristales certificados CE o ANSI, y pruébalos intentando leer una pantalla bajo una luz intensa. Incluso con monturas envolventes, asegúrate de que los cristales cubran bien el contorno del ojo.
Gracias a estas tecnologías, tus gafas de sol se convierten en un verdadero escudo invisible, preservando tu comodidad y la salud de tus ojos, temporada tras temporada.