Una mutación genética, única en los humanos, podría explicar el surgimiento del habla. Investigadores han descubierto que la inserción de esta variante en ratones altera sus vocalizaciones, abriendo una nueva vía para comprender los orígenes del lenguaje.
El lenguaje es una característica típica de la especie humana, pero su origen no está completamente claro. Un estudio reciente, publicado en
Nature Communications, explora el papel de un gen llamado NOVA1. Este gen, presente en muchas especies, tiene una variante única en los humanos, que apareció hace aproximadamente 250 000 a 500 000 años. Esta mutación, aunque mínima pero crucial, podría haber desempeñado un papel clave en el desarrollo del habla.
NOVA1: un gen con múltiples implicaciones
NOVA1 es un gen esencial para el desarrollo del cerebro. Su función es contribuir a la formación y el funcionamiento de las neuronas. Codifica una proteína que regula el empalme alternativo, un mecanismo que permite que un mismo gen produzca varias proteínas. Este proceso es crucial para la diversidad de funciones celulares, especialmente en el sistema nervioso.
En los humanos, una sola modificación de aminoácido distingue la versión de NOVA1 de la de otras especies, incluidos los neandertales y los denisovanos. Esta mutación, aunque pequeña, podría tener implicaciones importantes en la evolución de nuestra especie.
Para estudiar el efecto de esta variante humana, los investigadores utilizaron la tecnología CRISPR para reemplazar la versión de NOVA1 en ratones con la versión humana. Los ratones modificados genéticamente mostraron cambios significativos en sus vocalizaciones. Las crías emitieron sonidos más agudos y variados al llamar a su madre, mientras que los machos adultos produjeron secuencias sonoras más complejas durante el cortejo. Estos cambios sugieren que la variante humana de NOVA1 influye en los circuitos neuronales involucrados en la comunicación.
Una pieza del rompecabezas de la evolución del lenguaje
El descubrimiento del papel potencial de NOVA1 en el surgimiento del habla es un avance significativo, pero es importante recordar que el lenguaje humano es una capacidad resultado de una larga evolución. Aunque NOVA1 arroja nueva luz sobre los mecanismos genéticos en juego, es solo una pieza de un rompecabezas mucho más grande. El surgimiento del habla es probablemente el resultado de una combinación de factores genéticos, neurológicos, anatómicos y ambientales que se han influido mutuamente a lo largo del tiempo.
Entre otras piezas de este rompecabezas, el gen FOXP2, a menudo llamado el "gen del lenguaje", ocupa un lugar destacado. Identificado hace más de veinte años, FOXP2 es esencial para el desarrollo de las áreas cerebrales involucradas en el habla y el lenguaje. Las mutaciones en este gen pueden causar graves trastornos del habla. Sin embargo, a diferencia de NOVA1, FOXP2 no es específico de los humanos: está presente en otras especies, incluidos nuestros primos neandertales. Esto sugiere que FOXP2 desempeña un papel más general en la comunicación y que su versión humana ha sido cooptada para satisfacer las necesidades específicas del lenguaje articulado.
Más allá de los genes, la evolución de la anatomía de nuestro aparato vocal también ha sido determinante. El descenso de la laringe, por ejemplo, creó un espacio de resonancia más grande, permitiendo la producción de una gama más amplia de sonidos. La forma y la movilidad de nuestra lengua, así como el desarrollo de nuestro sistema nervioso, también han contribuido a nuestra capacidad para articular sonidos y organizarlos en palabras y luego en frases. Finalmente, no olvidemos la influencia del entorno social y cultural: el lenguaje es, ante todo, una herramienta de comunicación, transmitida y enriquecida por nuestras interacciones con los demás.
Así, aunque el descubrimiento de NOVA1 representa un avance prometedor, no debe eclipsar la especificidad del lenguaje humano. Muchas preguntas siguen sin respuesta y requerirán nuevas investigaciones. El estudio de los genes, la anatomía, el desarrollo cerebral y las interacciones sociales, combinado con enfoques interdisciplinarios como la paleontología y la arqueología, nos permitirá reconstruir gradualmente la historia del surgimiento del habla, esta capacidad única que nos define como seres humanos.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Communications