Redbran - Viernes 19 Abril 2024

Ciclo menstrual: un estudio científico establece un vínculo con la Luna

Debido a su ritmo cíclico y duraciones similares, se ha supuesto a menudo una conexión entre el ciclo menstrual y el ciclo lunar, sin que hasta ahora la ciencia haya podido proporcionar pruebas contundentes.

Para entender mejor el origen de la regularidad rítmica del ciclo menstrual, un equipo de investigación internacional, que incluye al Inserm, el CNRS y la Universidad Claude Bernard Lyon 1, comparó un gran número de datos de ciclos recogidos en estudios europeos y norteamericanos. Sus resultados sugieren que el ciclo menstrual estaría finamente regulado por un reloj interno, que a su vez estaría influenciado de manera ocasional por el ciclo lunar.

Estos trabajos, que se publicarán en Science Advances, argumentan a favor de la necesidad de estudiar más este potencial vínculo con juegos de datos más amplios, para identificar un posible interés de la cronobiología en el tratamiento de trastornos de fertilidad.



Un ciclo ovulatorio típico, o ciclo menstrual, en los humanos dura en promedio 29,3 días, con variaciones en la duración de una persona menstruante a otra y de un ciclo a otro en la misma persona. Comienza en el primer día de la menstruación y está compuesto por tres fases, cada una dedicada a la realización de un proceso específico relacionado con la ovulación, que ocurre alrededor del 14o día del ciclo.

Algunos trabajos han sugerido que cada una de estas tres fases podría desarrollarse bajo la influencia de un reloj interno cuya perturbación del ritmo estaría asociada con irregularidades en el ciclo menstrual.

En los humanos, el reloj interno más conocido es el reloj circadiano, de casi 24h, que mantiene el ciclo de sueño-vigilia y todos los ritmos fisiológicos. Esta fase con el ciclo día-noche bajo la influencia de la luz. Cuando el reloj circadiano se perturba - como en el caso del jet-lag, por ejemplo -, toma algunos días reajustarse a su ritmo habitual resincronizándose con el nuevo ciclo día-noche.

En el caso de los ciclos menstruales, la implicación de un reloj interno podría manifestarse de manera similar: la duración del ciclo sería usualmente muy estable en una misma persona y, en caso de perturbación, mecanismos de adaptación por sincronización con condiciones externas actuarían para restaurar el ritmo óptimo.

Entonces, ¿cuál podría ser este "sincronizador externo"? Una teoría recurrente sugiere que el ciclo lunar podría desempeñar este papel, pero hasta la fecha faltan pruebas científicas.

Un equipo de investigación internacional dirigido por Claude Gronfier, investigador del Inserm en el Centro de Investigación en Neurociencias de Lyon (Inserm/CNRS/Universidad Claude Bernard Lyon 1), se interesó por la existencia potencial de un reloj biológico interno que regularía el ciclo menstrual y que podría estar sincronizado con el ciclo lunar. Gracias a una gran base de datos de ciclos menstruales recogidos en estudios europeos y norteamericanos, pudieron comparar un total de cerca de 27,000 ciclos menstruales en 2,303 europeas y cerca de 4,800 ciclos en 721 norteamericanas.


Inicialmente, los investigadores examinaron la estabilidad de un ciclo menstrual respecto al siguiente a nivel individual, comparando la duración de ciclos sucesivos. Observaron una estabilidad general en la duración media del ciclo de cada participante, aunque dentro de un conjunto de ciclos sucesivos, algunos de hecho duraban más o menos que su ciclo "estándar".

"Estas observaciones sugieren la existencia de un mecanismo que corregiría la diferencia entre la duración del ciclo en curso y la de un ciclo menstrual típico en la persona concernida," explica René Écochard, primer autor del estudio, médico en los Hospitales Civiles de Lyon y profesor en la Universidad Claude Bernard Lyon 1. "Algunos ciclos más cortos podrían así compensar una serie de ciclos más largos de manera que la longitud total del ciclo oscile alrededor de la duración habitual del ciclo menstrual. La duración de un ciclo podría por lo tanto depender de la duración de los ciclos anteriores".

"La observación de este fenómeno aboga por la existencia de un reloj interno que regula finamente los ciclos menstruales, el mismo que está sincronizado por un evento cíclico ambiental", añade Claude Gronfier.

En una segunda fase, el equipo de investigación se interesó por las relaciones potenciales entre la ocurrencia de menstruaciones en los ciclos estudiados y las fases de la luna en el momento de la recogida de datos.

Así, pudieron observar una asociación, ocasional pero significativa, entre el ciclo menstrual y el ciclo lunar, aunque - sin que estos trabajos permitan determinar la causa -, hay una diferencia importante entre las cohortes europeas y la cohorte norteamericana: en las europeas, el ciclo comenzaba más a menudo durante la fase creciente de la luna, mientras que en la cohorte de América del Norte comenzaba más a menudo en la luna llena.


"A pesar de esta sorprendente diferencia que no logramos explicar por el momento, los vínculos identificados en estos trabajos entre los ciclos lunares y menstruales, por su proximidad con ciertos fenómenos que observamos en cronobiología, sugieren que la periodicidad de las menstruaciones y de la ovulación podrían ser influenciadas, de manera modesta pero significativa, por el ciclo lunar", precisa Claude Gronfier.

Por lo tanto, estos resultados abogan por un sistema de reloj interno con un ritmo casi mensual, ligeramente sincronizado por el ciclo lunar. Sin embargo, dichos resultados requieren ser profundizados y confirmados por estudios de laboratorio y estudios epidemiológicos más amplios.

"Gracias a las aplicaciones de registro de ciclos para teléfonos inteligentes, la emergencia de grandes bases de datos que contienen la información de ciclos de cientos de miles de mujeres podría proporcionar nuevas oportunidades de estudio", indica René Écochard.

"Confirmar la existencia de un reloj interno que coordine el ciclo menstrual, así como los mecanismos implicados en su sincronización, podría permitir la aplicación de enfoques de medicina denominada "circadiana", personalizada - ya utilizada en oncología y para el tratamiento de trastornos del sueño o depresión, por ejemplo - a problemáticas como los trastornos de la ovulación y de la fertilidad", concluye Claude Gronfier.

Fuente: Inserm
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