Un avión capaz de cambiar de forma en pleno vuelo, de adaptar sus alas para optimizar su velocidad o su consumo de combustible... Lo que parecía ciencia ficción pronto podría hacerse realidad.
Se ha creado una aleación de titanio y níquel, tan resistente como el acero pero tan elástica como un polímero. Este novedoso material podría revolucionar la industria aeronáutica.
El secreto radica en la estructura única de esta aleación. Combina propiedades que se creían incompatibles, como la flexibilidad y la solidez, abriendo la puerta a aplicaciones sorprendentes. Este logro tecnológico ha sido posible gracias a un proceso de fabricación en tres etapas.
Primero, la aleación se deforma y se estira un 50 %, luego se calienta brevemente a 300 °C. A continuación, se alarga un 12 % adicional. Esta secuencia de transformaciones permite maximizar la elasticidad sin perder una resistencia mecánica excepcional. Esta aleación puede soportar presiones hasta 18 000 veces superiores a la presión atmosférica. Conserva sus propiedades en temperaturas extremas, desde -80 °C hasta 80 °C. Un gran ventaja para su uso en entornos hostiles.
Además de los aviones con alas metamórficas, esta aleación podría transformar otros sectores. Por ejemplo, podría utilizarse en la fabricación de robots capaces de adaptarse a terrenos difíciles o en dispositivos médicos evolutivos.
Sin embargo, antes de que esta aleación pueda emplearse a gran escala, deben superarse varios desafíos técnicos. La cuestión de su durabilidad a largo plazo, así como su costo de producción, sigue siendo incierta.
A pesar de estos obstáculos, este material representa un avance significativo en la ciencia de los materiales. Su capacidad para deformarse sin perder resistencia podría revolucionar varias industrias, desde la aeronáutica hasta la robótica. Este descubrimiento inaugura una nueva era en la que los materiales ya no estarán limitados por las restricciones tradicionales. Abre un campo vasto de posibilidades para los ingenieros del futuro.
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature