Un mosaico celestial compuesto por 126 mundos exóticos ha sido revelado gracias a una colaboración entre el satélite TESS de la NASA y el observatorio Keck en Hawái. Estos nuevos datos enriquecen nuestra comprensión de los planetas más allá de nuestro Sistema Solar, comparando estos mundos con el que habitamos.
Concepción artística de los 126 planetas del último catálogo TESS-Keck Survey, basada en datos que incluyen el radio, la masa, la densidad y la temperatura de los planetas. Los signos de interrogación representan planetas que necesitan más datos para una caracterización completa.
Crédito: W. M. Keck Observatory/Adam Makarenko
Este estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de científicos, utiliza los datos del satélite TESS y del observatorio Keck para medir la masa y la densidad de estos planetas. Los resultados se han publicado en
The Astrophysical Journal Supplement.
Por primera vez, se han medido la masa y el radio de 120 planetas confirmados y seis candidatos, revelando información sobre su composición y formación. Stephen Kane, astrofísico de la Universidad de California, Riverside, destaca que estos datos permiten situar nuestro Sistema Solar en el contexto más amplio de otros sistemas planetarios.
El análisis de las velocidades radiales (RV) ha permitido detectar estos planetas al observar el "balanceo" de sus estrellas anfitrionas. Estas variaciones en la luz estelar son comparables al efecto Doppler sonoro.
Entre los descubrimientos, algunos planetas como TOI-1386 b aportan nuevas perspectivas sobre los "sub-Saturno", mundos entre Neptuno y Saturno. La diversidad de tamaños y órbitas de los planetas plantea preguntas sobre la unicidad de nuestro propio sistema.
Otro estudio describe un planeta del tamaño de Neptuno orbitando en 19 días alrededor de una estrella similar al Sol. Estos descubrimientos recuerdan la diversidad del Universo y la rareza de nuestro sistema planetario, subraya Daria Pidhorodetska, autora principal de dicho estudio.
Planetas con órbitas ultra-cortas y entornos extremos, como TOI-1798 c, completan este panorama celestial. Este planeta, situado muy cerca de su estrella enana naranja, orbita en menos de 12 horas terrestres, recibiendo una irradiación intensa que probablemente ha eliminado cualquier atmósfera inicial.
Fuente: The Astrophysical Journal Supplement Series