Adrien - Jueves 7 Agosto 2025

🐋 Así es como los excrementos de las ballenas nos permiten respirar

Los excrementos de las ballenas, ricos en nutrientes, fertilizan los océanos al alimentar al fitoplancton. Estos microorganismos son la base de la cadena alimentaria marina y producen gran parte del oxígeno que respiramos. Su presencia es, por tanto, vital para la supervivencia de muchas especies, incluida la nuestra.


Crédito: Elianne Dipp de Pexels

Las ballenas también capturan cantidades impresionantes de dióxido de carbono durante su vida. Un solo ejemplar puede secuestrar hasta 33 toneladas de CO2, superando incluso a los árboles más eficientes. Esta capacidad las convierte en aliadas valiosas en la lucha contra el cambio climático.

Las ballenas desempeñan así un papel único en la secuestración del carbono. Al alimentarse y migrar, transportan el carbono desde las capas superficiales hacia las profundidades oceánicas. Este proceso, conocido como 'bomba biológica de carbono', contribuye a reducir el CO2 atmosférico.


A pesar de su importancia, las poblaciones de ballenas han sido diezmadas por la caza comercial. Las ballenas azules, antes numerosas, ven hoy sus efectivos reducidos a una fracción de lo que eran. Su protección, aunque reforzada desde los años 1960, no ha sido suficiente para asegurar su recuperación.

Las amenazas actuales incluyen colisiones con barcos y capturas accidentales en artes de pesca. El calentamiento de los océanos y la acidificación también afectan a sus fuentes de alimento, como el krill, esencial para su supervivencia.

¿Cómo produce oxígeno el fitoplancton?


El fitoplancton, gracias a la fotosíntesis, convierte el dióxido de carbono en oxígeno. Este proceso es similar al de las plantas terrestres, pero a una escala mucho mayor. Los océanos producen así aproximadamente la mitad del oxígeno que respiramos.

Estos microorganismos absorben el CO2 disuelto en el agua y, bajo la acción de la luz solar, lo transforman en glucosa y oxígeno. El oxígeno es liberado luego a la atmósfera, mientras que la glucosa sirve como fuente de energía para el fitoplancton.

La salud de las poblaciones de fitoplancton es, por tanto, importante para mantener el equilibrio de nuestra atmósfera. Su declive, debido al calentamiento de los océanos y a la contaminación, podría tener consecuencias dramáticas sobre la producción de oxígeno y la regulación del clima.

Fuente: Sealegacy
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