Científicos han logrado producir más de 10 gramos de pollo cultivado gracias a una innovación importante. Este avance se basa en un biorreactor que imita el sistema circulatorio humano.
Pollo producido con un biorreactor de 1125 fibras.
Crédito: Shoji Takeuchi, The University of Tokyo
El equipo de Shoji Takeuchi, de la Universidad de Tokio, ha desarrollado un biorreactor que utiliza fibras huecas para alimentar las células musculares. Estas fibras, similares a las usadas en diálisis, permiten una distribución óptima de nutrientes. Su estudio, publicado en
Trends in Biotechnology, abre perspectivas para la carne cultivada y la medicina regenerativa.
El sistema permite superar una limitación importante: la difusión de nutrientes en tejidos gruesos. Las fibras huecas, dispuestas con precisión, simulan los vasos sanguíneos. Este método ha permitido crear tejidos musculares de varios centímetros, un hito en el campo de la carne cultivada.
La tecnología utiliza fibroblastos de pollo para estructurar la carne, mejorando su textura y sabor. Takeuchi destaca su potencial para una producción sostenible y ética. Las aplicaciones podrían extenderse a la fabricación de órganos y robots biohíbridos.
Los trabajos pendientes incluyen mejorar el suministro de oxígeno y el uso de materiales comestibles. Takeuchi plantea el uso de transportadores artificiales de oxígeno para imitar los glóbulos rojos. También se estudia la automatización de la extracción de fibras y su reciclaje.
Perfusión en el biorreactor.
Crédito: Shoji Takeuchi, The University of Tokyo
Esta investigación marca un paso clave hacia la carne cultivada a gran escala. Demuestra la eficacia de los biorreactores de fibras huecas para la biofabricación. Las implicaciones van más allá de la alimentación, afectando a la medicina y la robótica.
El equipo trabaja ahora en optimizar las propiedades mecánicas de los tejidos. El objetivo es imitar mejor las características de los músculos naturales. Este avance podría revolucionar la producción de carne y las terapias regenerativas.
¿Cómo funciona un biorreactor de fibras huecas?
Un biorreactor de fibras huecas utiliza tubos microscópicos para distribuir nutrientes y oxígeno a las células. Estas fibras imitan los vasos sanguíneos, permitiendo una perfusión eficaz a través de los tejidos.
Esta tecnología está inspirada en dispositivos médicos como los dializadores. Las fibras son semipermeables, dejando pasar las sustancias necesarias mientras mantienen la estructura del tejido.
La disposición precisa de las fibras es crucial para garantizar una distribución homogénea. Esto permite alimentar capas celulares gruesas, imposibles de mantener por simple difusión.
Las aplicaciones van desde la carne cultivada hasta la fabricación de órganos. Este enfoque podría resolver el problema de vascularización en trasplantes y cultivos tisulares.
¿Cuáles son las ventajas de la carne cultivada?
La carne cultivada ofrece una alternativa sostenible a la ganadería tradicional. Reduce el impacto ambiental al limitar el uso de tierras y agua.
Este método también evita los problemas éticos relacionados con el sacrificio de animales. Las células se extraen sin dañar al animal, luego se cultivan en laboratorio.
La carne cultivada puede diseñarse para mejorar su calidad nutricional. Es posible ajustar los perfiles lipídicos o enriquecerla con vitaminas.
Fuente: Trends in Biotechnology