El 22 de febrero, una pequeña nave del tamaño de una cabina telefónica, bautizada como Odysseus, hizo historia al aterrizar en el polo sur de la Luna. Construido por Intuitive Machines, una empresa con sede en Houston, Odysseus se convirtió en el primer aterrizador estadounidense en tocar la Luna en más de 50 años y el primer aterrizador privado en alcanzar la superficie lunar.
James Irwin en la Luna saludando la bandera durante la misión Apollo 15.
Imagen NASA
Este logro representa un rayo de esperanza tras una serie de fracasos lunares. De hecho, de los nueve intentos anteriores, cinco fracasaron por diversas naciones y empresas privadas. Poco antes, el 19 de enero, Japón logró su primer aterrizaje lunar con SLIM, aunque el aparato terminó en una posición incorrecta debido a un fallo del motor. Los intentos de aterrizaje lunar llevados a cabo por otros países y empresas también han experimentado fracasos.
Solo las agencias espaciales gubernamentales de cinco países han logrado aterrizar en la Luna: Estados Unidos, la ex Unión Soviética, China, India y Japón. Hasta la fecha, solo una empresa privada, Intuitive Machines, ha tenido éxito. Estos fracasos recuerdan que, incluso medio siglo después de los últimos pasos de los astronautas de Apollo en la Luna, nuestro vecino celeste sigue siendo un destino difícil y peligroso.
Aterrizar en la Luna es un desafío considerable, especialmente debido a la ausencia de atmósfera que permitiría el uso de paracaídas para frenar las naves espaciales. Las misiones deben, por lo tanto, recurrir a sistemas de propulsión alimentados con combustible para aterrizar, lo que complica la reducción de su velocidad de varios kilómetros por segundo a un alto perfecto.
El programa Apollo, aunque finalmente coronado por el éxito, experimentó numerosos fracasos antes de lograr enviar humanos a la Luna. Estos fracasos se consideran parte del proceso de aprendizaje, esencial para superar los desafíos de la exploración lunar.
Hoy en día, los costos significativamente más bajos de las misiones aumentan considerablemente el riesgo de fracaso, pero son esenciales para hacer que los vuelos sean asequibles. El éxito del aterrizador Odysseus representa una victoria significativa para la industria espacial comercial, abriendo el camino para futuras misiones lunares más accesibles económicamente.
Este logro de Intuitive Machines subraya la creciente importancia de las empresas privadas en la exploración espacial. Con costos de misión mucho más bajos, democratizar el acceso al espacio se convertirá gradualmente en una realidad.
El costo del programa Apollo
El programa Apollo, que marcó la historia al enviar hombres a la Luna entre 1969 y 1972, representa uno de los emprendimientos más costosos y ambiciosos jamás realizados por la humanidad. El costo total del programa Apollo se estima en alrededor de 25 mil millones de dólares en ese momento, lo que equivale a más de 150 mil millones de dólares ajustando por la inflación actual.
Este presupuesto fenomenal incluía el desarrollo de tecnologías de vanguardia, la construcción de vehículos espaciales gigantescos como el Saturn V y la implementación de misiones tripuladas y no tripuladas.
El costo de las misiones lunares actuales
Hoy en día, la exploración lunar está marcada por una diversificación de los actores involucrados, incluyendo agencias espaciales gubernamentales y cada vez más empresas privadas. El costo de las misiones varía considerablemente según su naturaleza (misiones robóticas o misiones tripuladas), sus objetivos y el enfoque elegido (lanzamientos gubernamentales o asociaciones público-privadas).
Por ejemplo, las misiones lunares robóticas actuales pueden costar desde algunos cientos de millones hasta unos pocos miles de millones de dólares. La NASA, a través de su programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), ha otorgado contratos a empresas privadas por montos que van desde menos de 100 millones hasta algunos cientos de millones de dólares por misión. Estas misiones tienen como objetivo enviar instrumentos científicos y pequeñas cargas útiles a la Luna.
El Starship en su configuración lunar.
Imagen SpaceX
En abril de 2021, la NASA otorgó a SpaceX un contrato por valor de 2,89 mil millones de dólares para desarrollar una versión del Starship destinada a transportar astronautas a la superficie de la Luna en el marco del programa Artemis. Este contrato tiene como objetivo realizar el aterrizaje de astronautas en la Luna por primera vez desde el final del programa Apollo en 1972.