Los damanes de roca, esos mamíferos robustos del sur de África a menudo llamados "dassies", revelan hoy información inesperada gracias a sus comportamientos más insólitos. Estos animales de pelaje denso y patas cortas, a los que les gusta tomar el sol en los afloramientos rocosos, han dejado tras de sí huellas fosilizadas que arrojan nueva luz sobre el Pleistoceno.
(A) el bloque desprendido que contiene la posible huella de arrastre de nalgas del damán de roca.
(B) la posible huella de arrastre de nalgas del damán de roca.
(C) Modelo fotogramétrico 3D de la posible huella de arrastre de nalgas; las escalas horizontal y vertical están en metros.
Ichnos, una revista especializada en paleontología, publicó recientemente un estudio que detalla dos descubrimientos importantes en la costa sudafricana. El primero es un sitio de huellas de aproximadamente 76.000 años de antigüedad, identificado cerca de Walker Bay por un entusiasta del rastreo animal. El segundo, ubicado al este de Still Bay y que data de hace unos 126.000 años, presenta una huella única en el mundo: un rastro de 95 cm de largo y 13 cm de ancho, con cinco estrías paralelas y una protuberancia central.
Esta huella, interpretada como resultado del frotamiento de las nalgas de un damán sobre la arena, podría contener un coprolito, es decir, un excremento fosilizado.
Los investigadores del Centro Africano de Paleociencia Costera utilizaron un método de datación por luminiscencia ópticamente estimulada, que determina la edad de los sedimentos midiendo su última exposición a la luz. Esta técnica confirmó la antigüedad de las huellas, descartando otras explicaciones como el arrastre de una presa por un leopardo o un elefante, ya que estos escenarios no explicarían la ausencia de huellas asociadas ni la presencia de la protuberancia. La hipótesis del damán es coherente, ya que el frotamiento de las nalgas habría borrado las huellas de las patas, un comportamiento que aún se observa hoy en día en estos animales.
Un damán de roca orinando junto a montones de excrementos sobre una superficie rocosa.
Crédito: Ichnos (2025). DOI: 10.1080/10420940.2025.2546373
Más allá de las huellas de desplazamiento, los damanes dejan depósitos de orina y excrementos que se solidifican en formaciones llamadas hyraceum. Esta sustancia, rica en carbonato de calcio, se acumula en las rocas y puede persistir durante milenios. Utilizado tradicionalmente en medicina para tratar afecciones como la epilepsia o problemas ginecológicos, el hyraceum constituye también un valioso archivo natural, que preserva polen fósil y otras pistas sobre los climas y ecosistemas del pasado.
Fuente: Ichnos