Un nuevo estudio dirigido por
Serge McGraw, investigador del CHU Sainte-Justine y profesor en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Montreal, demuestra que los efectos de una exposición al alcohol en un embrión, antes de su implantación en el útero, pueden ser detectados en la placenta al final de la gestación.
Aunque aún debe validarse en humanos, el equipo de investigación considera que los perfiles de metilación del ADN podrían constituir un buen indicador de la exposición, desde el nacimiento, de un bebé al alcohol durante la gestación.
Utilizando un modelo murino bien establecido para este tipo de exposición, el investigador y su equipo observaron cambios moleculares significativos en la placenta, especialmente en la expresión de muchos genes y en la metilación del ADN, una marca epigenética que influye en la expresión de los genes actuando como un interruptor.
Puesto que la placenta juega un papel central en el desarrollo y la salud del feto, estos cambios podrían tener consecuencias importantes en la vida del niño. Además, el estudio muestra que estas alteraciones en la metilación del ADN podrían constituir una firma molecular característica de la exposición de un individuo al alcohol al inicio del embarazo.
Esta prueba de concepto abre el camino para el desarrollo de pruebas de diagnóstico en humanos, que permitirían la detección precoz de la exposición al alcohol desde los primeros días de vida de los recién nacidos.
Consecuencias diferenciadas según el sexo
Durante mucho tiempo se creyó que la exposición al alcohol durante la fase preimplantatoria, cuando el óvulo fecundado pasa del estado unicelular a un embrión de cien células, no tenía efecto en el bebé por nacer, siempre que el embrión lograra implantarse en el útero.
Sin embargo, en los últimos años, el equipo de Serge McGraw ha demostrado que esta creencia es errónea. El embrión joven puede sobrevivir a esta exposición, pero el desarrollo cerebral puede verse alterado en diversos grados. El estudio publicado hoy revela por primera vez que estos efectos nocivos del alcohol en el desarrollo del feto no son directamente atribuibles a anomalías de la placenta.
No obstante, los cambios moleculares, especialmente en la expresión de los genes debido a los cambios en los perfiles de metilación del ADN, podrían desempeñar un papel importante en estos efectos dañinos.
Además, la influencia epigenética de la exposición al alcohol varía según el sexo. En los embriones masculinos, la regulación de genes relacionados con el crecimiento era más afectada, lo que corrobora los datos que establecen que los machos son más vulnerables a los retrasos en el crecimiento después de una exposición al alcohol en la fase preimplantatoria. En las hembras, la regulación de genes activos en el metabolismo de la serotonina, un neurotransmisor esencial para el desarrollo y la función cerebral, era la más afectada.
Esto indica que una alteración en esta vía de señalización podría contribuir a los defectos morfológicos cerebrales observados en su modelo.
Repercusiones asociadas a la cantidad de alcohol consumido
Cabe señalar que este estudio se centra en un consumo elevado de alcohol, equivalente en humanos a cinco o seis bebidas en una hora. Este modelo es particularmente relevante dado que una proporción significativa de los embarazos no son planeados y en un contexto mundial en el que el consumo de alcohol en mujeres está en aumento, según la Organización Mundial de la Salud.
"Nuestro modelo busca reproducir y comprender los efectos de una situación en la que una mujer embarazada de aproximadamente una semana, que lleva por lo tanto un embrión de unas pocas células, consumiera una gran cantidad de alcohol rápidamente, en una fiesta o en un bar, por ejemplo, sin necesariamente saber que está embarazada", explica Serge McGraw.
¿Hacia una detección temprana?
Aunque aún debe validarse en humanos, el equipo de investigación considera que los perfiles de metilación del ADN podrían constituir un buen indicador de la exposición, desde el nacimiento, de un bebé al alcohol durante la gestación.
"Actualmente, no existe ninguna prueba diagnóstica molecular para detectar la exposición prenatal al alcohol", menciona Serge McGraw. "Así, a menos que haya un daño muy grave en el niño, las dificultades suelen notarse solo después de la entrada a la escuela o incluso en la adolescencia. Los jóvenes pueden, por ejemplo, tener dificultades para concentrarse o un trastorno de comportamiento, lo que complica su trayectoria escolar."
El desarrollo de una prueba de detección basada en esta memoria molecular de la exposición, presente en la placenta, permitiría garantizar un seguimiento médico adaptado desde una edad temprana.
Fuente: Universidad de Montreal