Adrien - Jueves 27 Noviembre 2025

☄️ 3I/ATLAS: los espectaculares penachos del objeto interestelar

Un objeto procedente de otro sistema está atravesando actualmente nuestro Sistema Solar, y su comportamiento interesa enormemente a los astrónomos.

La imagen reciente del proyecto Virtual Telescope revela una transformación notable del cometa 3I/ATLAS. Capturada desde Italia gracias a telescopios robotizados, esta fotografía combina dieciocho tomas de dos minutos cada una. A pesar de las difíciles condiciones de observación con la Luna iluminando el cielo, la cola iónica aparece con una nitidez excepcional. Gianluca Masi, fundador del proyecto, indica en una publicación la mejora constante de esta estructura gaseosa.


El cometa interestelar 3I/ATLAS fotografiado el 10 de noviembre, mostrando un núcleo brillante y una cola iónica bien definida
Crédito: The Virtual Telescope Project

La formación de esta cola resulta de un proceso físico preciso. La radiación ultravioleta solar arranca electrones a las moléculas gaseosas expulsadas por el cometa, creando así iones cargados. Estas partículas son luego arrastradas por el viento solar, este flujo constante de materia ionizada procedente de nuestra estrella. Al contrario que la cola de polvo que sigue la trayectoria orbital, la cola iónica apunta siempre directamente en dirección opuesta al Sol, cualquiera que sea la dirección del movimiento cometario.


El análisis detallado de la imagen muestra un núcleo brillante rodeado por una coma compacta, mientras que la cola iónica se extiende aproximadamente 0,7 grados en el cielo. Se distingue también una débil anticola, fenómeno óptico debido a la perspectiva terrestre que hace aparecer polvos extendiéndose en la dirección opuesta. Este aumento de actividad comparado con observaciones anteriores indica una liberación más intensa de gas y polvo bajo el efecto del calentamiento solar.

Tercer objeto interestelar confirmado después de 1I/'Oumuamua y 2I/Borisov, 3I/ATLAS presenta una particularidad esencial: su luminosidad permite un estudio en profundidad desde la Tierra. Los astrónomos se benefician así de una ocasión única para observar cómo un cometa originario de otro sistema estelar reacciona a la influencia de nuestro Sol. Esta situación excepcional abre nuevas perspectivas para la comprensión de los objetos interestelares.

El alargamiento y el reforzamiento de la cola indican una sublimación acrecentada de los materiales volátiles, probablemente incluyendo dióxido de carbono y polvos. Estos elementos son luego expulsados al espacio bajo la presión del viento solar. Los datos preliminares muestran una proporción elevada de hielo carbónico, lo que podría revelar información sobre las condiciones del sistema planetario lejano donde se formó este cometa.

El proyecto Virtual Telescope continúa su programa de observación de 3I/ATLAS durante su paso por el Sistema Solar interno. Los astrónomos profesionales y aficionados pueden seguir la evolución de este visitante cósmico gracias a las imágenes regularmente publicadas desde su detección inicial en julio pasado. Esta vigilancia continua permitirá documentar las transformaciones del cometa durante su periplo solar.

La formación de las colas cometarias



Los cometas desarrollan generalmente dos tipos de colas distintas durante su acercamiento al Sol. La cola de polvo, compuesta de partículas sólidas, sigue la trayectoria orbital del objeto y aparece a menudo de color amarillento. Los granos de polvo liberados por el núcleo reflejan la luz solar, creando esta estela característica que se curva ligeramente.

La cola iónica, por su parte, se forma por un mecanismo diferente. La radiación ultravioleta del Sol ioniza los gases de la coma, arrancando electrones a los átomos y moléculas. Estos iones cargados eléctricamente se vuelven entonces sensibles al campo magnético transportado por el viento solar. Son acelerados y alineados en la dirección opuesta a nuestra estrella.

Esta cola de plasma presenta a menudo un tinte azulado debido a las emisiones específicas de las moléculas ionizadas, particularmente el monóxido de carbono. Su estructura aparece generalmente más rectilínea y dinámica que la cola de polvo, pudiendo mostrar discontinuidades y aceleraciones súbitas. Las observaciones simultáneas de las dos colas proporcionan información complementaria sobre la composición y la actividad del núcleo cometario.

El estudio comparativo de las colas cometarias permite a los científicos determinar la naturaleza de los materiales volátiles y su tasa de sublimación. Cada tipo de cola reacciona de forma diferente a las variaciones de la actividad solar, ofreciendo así un doble indicador de los procesos físicos en juego durante el paso de los cometas cerca del Sol.

Los objetos interestelares en nuestro Sistema Solar


La detección de objetos interestelares atraviesa una fase particularmente activa desde hace algunos años. Antes de 2017, su existencia permanecía teórica, pero las observaciones sucesivas de 1I/'Oumuamua, 2I/Borisov y ahora 3I/ATLAS han confirmado que nuestro Sistema Solar recibe regularmente la visita de cuerpos celestes originarios de otros sistemas estelares. Estos viajeros cósmicos nos llegan después de haber errado en el espacio interestelar durante millones de años.

Cada objeto interestelar estudiado hasta ahora presenta características únicas:
- 1I/'Oumuamua mostraba una forma alargada inusual y una aceleración no gravitacional intrigante.

- 2I/Borisov se parecía más a los cometas del Sistema Solar, con una actividad notable.
- 3I/ATLAS combina un brillo suficiente para observaciones detalladas y una actividad creciente que permite estudiar su evolución en tiempo real.

El análisis de estos visitantes externos ofrece perspectivas inéditas sobre la formación de los sistemas planetarios. Su composición refleja las condiciones que reinaban en su sistema de origen, potencialmente muy diferentes de las de la nube protosolar. Las proporciones relativas de los hielos y los polvos, así como su estructura interna, constituyen tantas pistas sobre los procesos de formación planetaria en otros lugares de la Galaxia.

La frecuencia de detección de estos objetos indica que podrían ser mucho más numerosos de lo que se pensaba. Los nuevos instrumentos astronómicos, como el futuro observatorio Vera Rubin, deberían aumentar considerablemente la tasa de descubrimiento. Esta población creciente de objetos interestelares permitirá establecer estadísticas sobre su naturaleza y su origen, ampliando nuestra comprensión de la diversidad de los sistemas planetarios.

Fuente: The Virtual Telescope Project
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